Hacer voluntariado, además de brindarle un bien a otra persona con una situación menos favorecida, también otorga a uno mismo un sentimiento de plenitud y felicidad único que no se consigue tan fácilmente con otras actividades.

    Lo cierto es que, a pesar de que muchas personas quieran realizar voluntariado, no siempre se lleva a cabo por no encontrar las instituciones en las cuales poder realizarlo, por miedo o falta de información. En muchas ocasiones, los voluntarios deben tener actitud, asertividad y, sobre todo, mucha empatía.

    A continuación, se presentarán 5 recomendaciones para hacer voluntariado y para animar a las personas que tienen la intención, pero no dan ese último paso de tomar acción.

1. La elección de la organización es lo más importante

    En primer lugar, debes autoevaluarte y tomar en cuenta las habilidades que tienes para ofrecer a la organización en la que quieres colaborar. En caso de que te gusten organizaciones que ayuden a niños, debes tomar en cuenta si quieres colaborar en el área recreativa o de cuidador, para lo que es sumamente importante el tacto, entendimiento y, sobre todo, diversión y proyección de felicidad con los menores. Nacieron en condiciones difíciles y diferentes, pero eso no significa que su futuro deba estar determinado por eso y es responsabilidad de todos a su alrededor hacerles saber que no están solos.

    Por otro lado, si prefieres organizaciones de ayuda a ancianos, debes tener muy desarrollada la paciencia y la tolerancia. Muchas personas mayores pueden estar enfermas, necesitar medicinas, compañía y, generalmente, el voluntariado se basa en brindarles una experiencia diferente.

    Por último, para la elección de la organización, también debemos estudiar y conocer a la misma: comprueba su legitimización, conoce sobre sus programas, sus logros anteriores, sus fallos, ¿cómo podrías ayudar?, ¿qué les falta?, etc. De esta manera, no solo tendrás un propósito personal, sino que te unirás al de un conjunto de personas que buscan lo mismo: ayudar a quien lo necesita, así, estarás mucho más motivado trabajando en equipo.

2. Prepárate antes de ir.

    Es muy importante que, al conocer la organización, sepas sobre su cultura, número de personas que ayuda, qué tipo de actividades realizarás y te prepares para ellas. Si deberás ayudar en el área del inventario, por ejemplo, asegúrate de tener herramientas de organización, dónde anotar, llevar las cuentas, etc. Si estás más interesado en el contacto directo con las personas de la organización, prepara actividades recreativas de acuerdo con la edad y situación y asegúrate siempre de tener los recursos necesarios a la mano.

3. Inspira confianza en lo que hagas.

    Este tipo de organizaciones suelen tener poco presupuesto y personal, por lo que los voluntarios son realmente de mucha ayuda. Sin embargo, para ellos también es muy delicado incluir a personas desconocidas para tener contacto directo con el sector de la población que apoyan.

    Por esta razón, es muy importante mostrarse transparente y muy comprometido con todas las actividades asignadas. Luego de tomar una responsabilidad, te recomendamos tratar de siempre cumplirla lo mejor posible o avisar con tiempo si tienes algún inconveniente y no la puedes desempeñar. Recuerda que, al ser voluntario, esta institución está entregándote una parte importante de ellos y cuentan con eso para seguir funcionando y ayudando a los demás.

4. Ten presente el respeto ante toda situación.

    Sabemos que, en todo tipo de ocasiones, lidiar con personas desconocidas o tener que dar instrucciones a otros pueden ser tareas difíciles. Seguramente, habrá momentos en los que te sientas ofendido, tengas distintos puntos de vista de cómo deberían realizarse ciertas tareas, veas que falta mucho por hacer o te sientas frustrado porque no veas un avance.

    Esto es completamente normal y mientras seas una persona que puede transmitir sus ideas manteniendo siempre el respeto y una buena actitud, tus observaciones serán bienvenidas en cualquier lugar.

    Te recomendamos que tengas siempre en mente el motivo por el que comenzaste. Nadie dijo que ser voluntario sería fácil, lo que sí te podemos asegurar es que vale completamente la pena.

5. Ten siempre un plan B.

    Improvisar es una parte fundamental del voluntariado. Habrá momentos en los que las cosas no saldrán como lo planeaste, pero debes recordar que el perfeccionismo es bueno hasta cierto límite y que hay circunstancias que no dependerán de ti y que no podrás controlar.

    Una organización de ayuda tiene muchos altos y bajos, a veces estarán recibiendo muchas donaciones, organizando eventos y admitiendo a más personas para ayudar, pero también hay que estar listos para las ocasiones en las que no es así.

    Por ejemplo, este tipo de instituciones sufrieron un gran golpe en el año 2020, debido a la pandemia del COVID-19. Lo que las sacó a flote fueron los voluntarios, muchos de ellos médicos, que se arriesgaban a ir y ayudar a los más necesitados (generalmente personas mayores), aunque esto significara que ellos corrieran el riesgo de contagiarse. Esto es una situación poco común y no es culpa de nadie, por lo que siempre se debe mantener la calma y tener cabeza fría, saber cómo puedes ayudar y tener las intenciones de hacerlo.

    Como mencioné anteriormente, ser un voluntario está lleno de retos, pero es una actividad social que te hará crecer mucho como persona y, además de beneficiarte a ti a nivel personal, hará que provoques un impacto positivo en quienes están a tu alrededor. Recuerda siempre lo que dijo el autor y filósofo Eduardo Galeano: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar al mundo”.

    Te invitamos a conocer nuestros programas de voluntariado. Te aseguramos que tendrás una experiencia sumamente enriquecedora, pero sobre todo que generarás un cambio en nuestra sociedad.